En la mirada ocultas algo.

Era con tan solo mirarte a los ojos, saber que fueron sinceras tus palabras, saber que en verdad lo sentís. 

Escuché cada palabra, cada cosa que dijiste, lo escuché todo, me dolió en el alma, muy fuerte, sentí un gran golpe dentro mío cuando dijiste arrepentirte de haber estado conmigo. Pero cuando te miré a los ojos me dí cuenta que algo andaba mal, algo no era como lo decías, hasta que me dijiste que te arrepentís por haberme hecho sufrir.

Me cuesta tanto mirar a los ojos a alguien, y con vos sentí que tenía que quedarme ahí, sentí que tu mirada me llamaba a gritos, pidiéndome que no deje de verte, que no baje la cabeza. 

Me dolía ver tus ojos brillando, tus ojos con lágrimas, tu cara sin la sonrisa de siempre, tu cara no era la alegre que me enamora, eran ojos y cara que me estaban matando, y yo no había dicho mucho, o tal vez, había dicho todo, tal vez eso necesitabas que diga todo pero escuchándolo y no leyéndolo, tal vez solo eso bastaba para que entiendas lo que me dolió todo lo que pasamos. 

No soportaba ni un segundo mas verte con los ojos brillando y la cara de estar mal. 

Te agarraba de la cara intentando dibujarte una sonrisa con mis manos, y no podía te pedía que cambies la cara, te pedía que te olvides que yo ya estaba bien, y no lo hacías, no podías. 

Me moría por un beso tuyo, me moría en cada rozada, en cada acercamiento en cada beso en el cachete, en la frente, en el cuello. Me moría en cada abrazo, en cada pierna cruzada. Pero sin embargo no hubo ningún beso en la boca. 

Última escena, de película diría yo. Vos sentado en la moto, yo en media punta parada, abrazados los dos, cara a cara, mirándonos a los ojos, diciéndonos que nos queremos, y esperando que las bocas avancen ese medio milímetro que les faltaba para llegar a tocarse. Y los dos con el quiero pero no puedo, nos alejamos. Vos dijiste "es increíble la resistencia que acabo de tener, me admiro" y te fuiste. Y yo, cerré la puerta, y ahí caí, derretida por lo que acababa de suceder. 

No quise admitirlo nunca, pero estoy enamorada, me enamoré de quien no debía, y se que eso no va a cambiar. 

Te amo, si, así es, te amo, y no lo puedo cambiar. Te amo hace 4 años, y no va a cambiar ahora eso. 

El cerebro o el corazón.

Es una lucha constante del cerebro y mi corazón. Esta vez es mi corazón quien actúa mas fuerte.
Mi cerebro entiende tus "te quiero mucho", entiende que estas arrepentido por todo, entiende que te puedo dar otra oportunidad, entiende todo eso y me hace quedar a tu lado.
Pero mi corazón no, mi corazón no cree en ningún "te quiero", no cree que estés verdaderamente arrepentido por haberme hecho sufrir tanto, por no haber estado cuando mas te necesité, por haber besado otra mujer frente a mis ojos, después de haberme besado a mi. Por jurarme amor cuando le jurabas amor a otra, por jugar con lo mas importante y especial en mi, no cree mi corazón que haya valido la pena haber pasado de ser una nena, a una mujer con vos. 
Y ahí, con la reflexión de la lucha de mi cerebro con mi corazón, es cuando se entiende el por qué de mis llantos en estados ebrios. Mi corazón recuerda cada uno de los momentos que vivimos, cada uno de los golpes que sufrió por vos, y pone un muro, para que no puedas volver a entrar a el, para que no puedas llegar a el. Mientras tanto mi cerebro te cree cada una de tus palabras, cada cosa que haces, te cree todo. Y me llevan a soltarme yo misma, y decir "el no me quiere" y sentir que no me interesa que no me quiera.
Y en ese momento es cuando el corazón y el cerebro consiguen entrar en paz, hacerse uno, unirse, y deciden dejarme quererte, perdonarte, creerte, pero no me permiten volver a dejarte entrar a mi corazón, no me permiten que te deje dar un paso mas y que vuelvas a jugar conmigo.
Y entra el orgullo, se mete a pelear con ellos, no deja que te hable tan seguido, no deja que escape tantas risas con vos, no deja que te hable bien, si no que te hable con cierta tonalidad, con ciertas ganas.
Pero como todo, se pude derrumbar, y el golpe tiene nombre, y son tus amigos, que vienen a decirme que estas con otra mujer, que amas a otra mujer, que eso lleva a mis gritos y llantos, mi desesperación por creerte a vos, y no a ellos, la desesperación para que el muro no se derrumbe. 
Esta lucha la tengo que ganar yo, la voy a ganar yo.